Arquitectos: Ignacio Martínez Molina, José Luis Gutiérrez López, Pedro Guzmán Pastor
Ingeniero forestal: José Ignacio Aparicio Sanchez
Fotografías: MV
Concurso: Primer Premio
Ubicación: Palencia. España
Superficie: 6 Ha
Constructora: Ferrovial-Agromán
Cliente: Ayuntamiento de Palencia
2001
El solar, muy irregular y de considerables dimensiones, forma parte de una isla generada por el río Carrión y un pequeño afluente a su paso por el centro de Palencia. El río delimita la ciudad por su lado oeste, siendo un auténtico límite entre la edificación y la periferia de campos de cultivo. La ubicación de la isla en esa zona, a pesar de albergar algunas construcciones de gran altura, le permite servir de transición entre ciudad y campo. Esta idea de transición fue lo que nos llevó a entender el parque de forma más paisajística que urbana, persiguiendo cierta idea de naturaleza domesticada.
La irregularidad del solar favorecía la fragmentación del proyecto en distintas zonas, lo que a nuestro juicio debilitaba la actuación. Para reforzar la idea de unidad se pensó en un recorrido principal que rodease todo el parque, un camino que funcionase como espina dorsal. A partir de ahí, la idea principal del proyecto es la creación de multitud de espacios abiertos a modo de plazas verdes, encadenados, que descubres secuencialmente a medida que avanzas por el parque y donde el agua tiene una presencia constante, formando lagos y pequeños canales. Cada uno de esos espacios o plazas intenta significarse por lo que encuentras en ellos: una zona de césped con una escultura, una plaza semi-pavimentada con una fuente de vidrio, un lago con una cafetería-embarcadero, un pequeño auditorio de hormigón al aire libre, etc.
Para dar forma a esas plazas o espacios se utiliza la vegetación. Sus límites se definen mediante la elección de ciertas características morfológicas de los árboles, arbustos y matorrales (opacidad, color, hoja, etc.), intentando que sean tupidos y cerrados. Al atravesarlos, al pasar bajo los árboles, se busca cierta sensación de compresión, como soportales de una plaza.
Frente a la orilla de la ciudad, un paseo de traviesas de tren define una cierta fachada del parque, terminado por dos miradores en los extremos que finalmente no se construyeron. Con la excavación realizada para el lago se formó una colina, que rompe con la homogeneidad topográfica del solar y proporciona una visión del parque más global.
“Arquitecturas sin peso” fue el lema que presentamos al concurso. Con ello queríamos indicar que se trataba de una intervención donde la arquitectura se hacía con agua, árboles, vegetación y unos pocos elementos que caracterizaran los distintos espacios del parque, pero cuyo protagonismo desapareciese al crecer los árboles.